(Publicado en la Revista Análisis, edición no. 128 de agosto de 2011)
- Don Olegario Murillo, produce el mejor vino de mesa
Por Bertoldo Velasco Silva
Fotos: Bertoldo Velasco Silva
San Miguel de Comondú, B.C.S. Nacido en este bello lugar el 18 de marzo de 1936, Don Olegario Murillo Perpuly, un típico ranchero del norte sudcaliforniano, decidió combinar, por azahares del destino y por derecho de herencia -desde pequeño-, ser ganadero y productor de uva y del mejor vino de mesa del estado, denominado vino misional auténticamente orgánico, reconocido por catadores sudcalifornianos y foráneos.
Hombre de recia figura, alegre y siempre dispuesto a la platica, Don Olegario nos dedica un espacio de su febril actividad en el huerto “El Rincón” -como así se le conoce a su predio-, que le heredara de su tía, donde tiene un pequeño corral con vacas y una buena extensión de tierra cultivada de parras a punto de cosechar una uva de excelente calidad, sabor, color y textura, para iniciar de inmediato, la producción de su famoso vino de mesa -tinto-, que tan buen sabor tiene y del que muchos, recorren hasta 430 kilómetros -desde La Paz-, a degustarlo.

Pero atrás de todo esto, está una historia. Una historia que Don Olegario Murillo decidió contarnos y hasta cuándo, podremos disfrutar de ese famoso vino misional, del que por cierto, no podemos disfrutar en La Paz, porque la gente llega hasta San Miguel con sus botellas con corcho, hasta con galones para llevárselos llenos, porque en este lugar, se carece del envase de vidrio y corcho, para embotellarlo.
Este huerto, nos explica, era de mi tía. En mi casa vivió hasta que falleció y me heredó la tierra y por ello seguí trabajándola. Otra parte es de mi esposa mientras que un hermano tiene una huerta de aguacate, a él, le tocó un ranchito, dijo.
Como todo buen niño, desde pequeño ya saboreaba el vino tinto que su padre, ya fallecido, preparaba. Mi papá siempre hacía vino tinto, y me acuerdo que le robaba unas botellitas que guardaba con celosa actitud, pues lo quería para él.
Recuerdo, que antes, se hacía el vino en tinas de cuero y las tapaba con otro cuero, pero se le sacaba por abajo, y de ahí, pues yo le exprimía algo para disfrutarlo.
Yo comencé desde pequeño con la cría de vacas, y las traía a pastar a este predio donde se alimentaban de la maleza existente. Y tras fallecer mis padres y mis tías, pues tuve que trabajar los predios para seguir produciendo uva y vino de mesa.

la gente llega, se toma sus copitas, trae sus botellas o sus galones cerrados, los lleva llenos y se van contentos, porque saben exactamente las fechas cuando deben de venir.
Para darnos una idea de esas fechas “importantes” tanto para Don Olegario como para los que gustan de su vino tinto, nos explica que la uva, cuando ya está lista para cortarla, dependiendo de un buen sol para que se termine de madurar, se muele y se procede a su fermentación. Esas fechas regularmente son a fines de agosto, entre el 25 y el 30 de ese mes. Y la fermentación en barricas (toneles de plástico) tarda un promedio de dos meses, por lo que a inicios de noviembre, está listo para tomarlo.
Una vez cortada la uva negra, esta se pone a asolear para que agarre más color y madure. Ya que esta lista, se pasa el proceso de “pisado” en una tina de cuero con pequeños orificios, por donde va escurriendo el jugo de uva, la cual cae en depósitos que después van a parar a las barricas. En la tina de cuero -dice que para el próximo proceso contratará unas bellas chicas para “pisar” o exprimir las uvas con sus pies-, se saca el “orujo” o el mosto como se le llama a la cáscara de la uva, la cual también se fermenta para obtener de ella el colorante necesario que se le pondrá a cada barrica para que el vino vaya tomando su color oscuro.
Una vez que se complemento esto y aplica el mosto a cada barrica, se espera el tiempo necesario hasta que el jugo de uva haya concluido su proceso de fermentación, entonces procede a taparlo, y de ahí, hasta que se va a tomar, lo cual dura dos meses, dependiendo de cuándo esté listo.
De las ganancias que ha obtenido por la venta de este vino misional que sumado a otras actividades, le da, dice, para sostener a su familia
Sin embargo, Don Olegario Murillo, quien desde pequeño se ha dedicado a esta actividad, señala que le hacen falta apoyos, y que está cansado de las promesas de los políticos.
Él desea seguir trabajando y produciendo este vino misional, auténticamente orgánico, porque reafirma, no utiliza insecticidas y solo abona las plantas con excremento que le genera un pequeño hato ganadero, el cual se alimenta del follaje que crece en su huerto y que lo apoya con otro tipo de alimento para que produzcan además leche, queso fresco.
Luego de participar en las reuniones y talleres que ha organizado el gobierno del Estado en esta población como en San José de Comondú, afirma que Marcos Covarrubias es un hombre de palabra, que respeta al ranchero sudcaliforniano y espera que el Programa Oasis que aquí echó a andar, le de la respuesta a sus requerimientos para tener un sistema eficiente de riego en las parras, de donde obtiene la uva para hacer su vino de mesa.
“Lo importante es que el gobernador nos apoye en cada una de las huertas de este oasis para hacerlas producir como antaño, para que estos pueblos vuelvan a ser lo que eran, emprendedores, trabajadores, productivos y generadores de riqueza”.
Confiamos y creemos en Marcos -Covarrubias Villaseñor-, porque aquí no hay dinero, pero si todos sembramos y producimos, aprovecharemos la carretera que se esta construyendo -desde Zaragoza hasta acá-, para poder sacar nuestros productos y comercializarlos en Constitución, Loreto y hasta en La Paz.

Don Olegario Murillo lanzó un reto a expertos y especialistas en vinos de mesa, al reafirmar que este, es 100 por ciento orgánico. Queremos que se sepa, y si quieren que lo analicen y verifiquen, porque aquí, decimos la verdad, ya que solo utilizamos de fertilizante la caca de va y de chiva y agua del oasis.
Pero también hace un llamado a las autoridades agropecuarias que convergen en este Programa Oasis: todos los frutos que aquí se producen al igual que el vino tinto, se vende y es aceptado por su calidad. En mi caso, requiero de envases apropiados para embotellar el vino. Aquí batallamos por la falta de botellas adecuadas, del corcho para taparlas. Es cierto, aquí reciclamos las botellas de vino, las lavamos bien junto con su tapón, pero la gente que conoce este vino, trae hasta galones ya preparados y con un buen tapón, porque saben de la calidad del producto, pero se nos facilitaría la comercialización a una mayor escala, si contáramos con esos productos.
MUY BUEN VINO Y APATE MEDICINAL
ResponderBorrarAunque el señor olegario no obtuvo ningun lugar en el pasado evento de la cata de vino en san jose de comondu bcs 2012.sin embargo se publico erroneamente en periodicos que asi habia sido.
ResponderBorrarExcelente vino, en general de la region de comondu, un ejemplo mas de que en Mexico existen gentes con mucho talento, perseverantes y trabajadoras.
ResponderBorrarQue engrandecen el nombre de nuestro pais, y de la region. Ojala se organizara una Feria del Vino e invitaran a participar a todos los Productores de la Region de B.C. y B.C.S., Haciendo de este un Evento Magno en donde se Premie y Reconozca el Talento de estos Productores.¡¡¡FELICIDADES!!!!!
Me agrada. Saber que se produzca vino en mi estado me enorgullese que allá mente muy trabajadora. Felizidades y cordial saludo
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