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domingo, 17 de febrero de 2013

EL PAÍS DE LOS SUEÑOS




NARRADOR@ Dicen por ahí que existe un país de los sueños habitado por seres mágicos de todo tipo. Hadas, duendes, elfos, magos, brujitas buenas, muchos niños y algún que otro adulto que se atreve a soñar. Es un país hermoso, donde todo tiene la forma de lo que cada uno de sus habitantes espera y sueña. Las árboles no siempre tienen su copa verde, a veces es violeta o a pintitas rojas y amarillas.  Los manzanos a veces dan chupetines como fruto y los ciruelos, cebollas. Crecen caramelos en los campos y muchas veces llueve jugo de naranjas. Las paredes de las casas pueden ser de oblea y las ventanas de gelatina.
 Es alegre y colorido, pues cada cosa que allí existe es parte de los sueños de quienes lo habitan. Cuentan también que son muy pocos los habitantes de ese lugar que caminan, la mayoría dan saltos, más grandes o más pequeños. Muchos dan saltos tan altos que sobrepasan las copas de los árboles, y ellos son, en la mayoría de los casos, los que más se atreven a soñar, aquellos que no temen imaginar y  desear. Otros en cambio, dan saltos más pequeños, pero no siempre porque sus sueños sean más chiquitos o de menor importancia que los que más alto saltan. Lo mismo ocurre con los que parece que no saltaran pues apenas si se elevan del suelo. Las diferencias de alturas en los saltos ocasionan alguna que otra discusión. Ocurre a veces que los grandes “saltadores” o soñadores creen que aquellos que menos saltan, menos sueñan y no siempre es así.
ELFO 1: Se puede soñar con algo que esté casi al alcance de tu mano y el tamaño de mis piernas, no limita mi capacidad de soñar.
MAGO: ¡Hay que soñar en grande! y para eso hay que saltar bien alto
NARRADOR@: Decía un mago cuyas piernas eran largas y finitas como tallarines 
HADA; Yo salto sin esfuerzo alguno pues le pido a mi varita que me transporte a donde quiero y ella lo hace, aunque no con éxito realmente. Debo reconocer que mis sueños casi nunca se hacen realidad.
NARRADOR@: Decía un hada un poco haragana. La gran diferencia, en cambio, se producía entre los niños y los adultos que habitaban el país. Si bien todos los que allí vivían, lo hacían porque soñaban, cierto era que los adultos tenían mucha más dificultad en saltar, soñar, imaginar y disfrutar también. Podía verse cómo los niños se elevaban como subidos por una cuerda mágica e invisible.
Las personas más inocentes también podían elevarse con mayor facilidad y las más incrédulas apenas si podían hacerlo.
 Entre todos los seres que habitaban este hermoso país, existía uno sólo que jamás se había elevado, tan siquiera un centímetro del piso. Era un duende ancianito, con una expresión tan serena en su arrugada carita que transmitía una paz muy especial. Sabius, así se llamaba el duende, estaba siempre alegre. Su sonrisa jamás se alejaba de su rostro y parecía estar más allá de las cosas cotidianas Sin embargo, era un duende por demás comprometido con todos los habitantes del país. Para todos era un misterio ese duende arrugadito y sonriente que parecía tan feliz y que jamás –a los ojos todos los demás- había soñado. Creían que, como jamás había dado ni siquiera un saltito cortito, el duende no tenía ningún sueño, pero a la vez, les parecía extraño. Siempre estaba contento y en paz, como quien logra el mayor de los sueños que se pueda alcanzar.
HADA: Tal vez no salta porque tiene las piernitas muy cortas.
ELFO: Yo creo que le pesan las arrugas.
ADULTO: Tal vez no tenga sueños y por eso no se eleva, o también puede ser porque es anciano y no creo que los ancianos sueñen mucho.
NARRADOR@: Dijo un adulto al que le costaba bastante saltar, soñar y reír.
NIÑO: Es difícil que no los tenga, tiene una expresión feliz en el rostro y los sueños son imprescindibles para ser felices
NARRADOR@: dijo un pequeño, quien de sueños sabía mucho más que el adulto. El duende que no se elevaba era siempre un tema de conversación entre los habitantes de este país tan peculiar. Como de sueños se trataba, todo podía ocurrir. La teoría de quien más saltaba, más soñaba se había instalado entre todos y si bien algo de cierto había, no era una regla que se aplicara para todos.
Sin embargo, muchos lo creían así y se esforzaban por saltar cada vez más alto, cada vez mejor. Algunos lograban hacer realidad sus sueños, otros no, simplemente porque los mismos no estaban a esa altura, sino más abajo. Muchos chocaban con las copas de los árboles o con las chimeneas. Se llevaban por delante pájaros y nubes también. Unos soñaban con llegar a la luna, otros con volar arriba de una estrella y otros con tostar pan a los rayos del sol. Terminaban con moretones y chichones en sus cabecitas y sin haber logrado nada. Otros en cambio, quienes más claros tenían sus sueños, se desplazaban exactamente al lugar donde creían que lo harían realidad.
Los sueños son tan distintos y tantos, como seres hay en la tierra. No todos soñamos con las mismas cosas y no todos, las alcanzamos de la misma manera. Sabius no modificaba su comportamiento, caminaba lento, ni siquiera elevaba su cabecita y sonreía continuamente. Cierto día, ya cansados de no saber qué pasaba con el anciano duende, un niño –con mucho criterio- decidió preguntarle directamente cuál era su secreto. Hadas, elfos, otros niños y todos los adultos se convocaron frente a Sabius a escuchar el porqué de su sonrisa, si supuestamente no había alcanzado ningún sueño o lo que era peor aún, no tenía sueño alguno. Sin dejar de sonreír un segundo, Sabius les contó cuál era su sueño y el porqué de su expresión simple, franca y de profunda paz.
SABIUS: Yo sueño con estar aquí, en este país donde nací, junto a Uds. No quiero ir a la luna, ni viajar en cohete. Soy feliz aquí en mi tierra, donde crecí y envejecí. Siempre soné con tener un lugar en el mundo, y  seres a quien amar y lo logré también. No me ha hecho falta volar, saltar, ni chocarme con nada ni nadie.
NARRADOR@: La cara de sorpresa de todos era sorprendente verdaderamente, la mayoría de la gente y de los habitantes de ese país también, tiende a creer que todos los sueños tienen que ser grandes, locos, altos, difíciles y no siempre es así. Hay sueños sencillos y al alcance de las manos y los pies de todos y no por eso menos maravillosos. Sueños que están ahí, esperándonos a la vuelta de la esquina, a todos por igual y que merecen ser cumplidos.
Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños. William Shakespeare

jueves, 14 de febrero de 2013

Dirigir obedeciendo



 


DIRIGIR OBEDECIENDO


Jorge A. Vale Sánchez *

Resulta muy difícil asimilar la pérdida de autoridad cuando se trata de ejercerla en forma impositiva, es decir, por la fuerza o con cierto uso de violencia o abuso del poder que una posición confiere. Es algo semejante a cuando como padres tratamos de poner fin a una discusión con un hijo de una forma tajante, con actitudes ejemplificadas por las frases: “¡Vas a hacer lo que yo digo porque soy tu padre!”, o bien: “¡Aquí se hace lo que yo diga porque yo mando!” Actitudes como las anteriores lo único que logran es una ruptura entre los participantes y una simulación de acatamiento de las “órdenes”. En el caso del ejemplo citado, para un padre, tentado a resolver un problema por esta vía, es doloroso darse cuenta que su figura paternal sufre un gran deterioro y que de forma instantánea transfiere la autoridad “moral” sobre otras personas, quienes en muchos casos pueden ser el “jefe de una pandilla”, una amistad inconveniente “pero que sí sabe escuchar” o en el mejor de los casos, alguien responsable que ayude a enfrentar la problemática.

            La sociedad ha evolucionado de tal manera que el mismo concepto de autoridad es interpretado en forma diferente según el momento histórico en que se analice. Si bien en las sociedades antiguas era aceptada como un principio la desigualdad entre los seres humanos, en la actualidad  los avances sociales en materia de democracia, libertad, equidad e igualdad entre los ciudadanos permiten contar con una concepción más amplia de estos términos, que van más allá del concepto legal, complementándose con elementos de legitimidad, reconocimiento y credibilidad. En la antigüedad obedecer era parte de la vida cotidiana, mientras que en la actualidad y en la práctica se considera en cierto sentido que obedecer es un “acto vergonzoso”. Se considera propio aceptar una orden colectiva mas no una individual, pues la autoridad forma parte del proceso de participación colectiva para la toma de decisiones dentro de una sociedad, organización, grupo o familia.

            En los procesos directivos de una organización pública, el ejercicio de la autoridad debe hacer coincidir la autoridad legal que confiere una posición directiva con  la autoridad legítima que es otorgada por el  reconocimiento colectivo a quien la ejerce. El camino para alcanzar esta coincidencia está en dirigir obedeciendo, siguiendo el mandato centrado en los principios fundamentales que rigen la vida de las personas involucradas en la organización y que son compatibles con los principios de la propia institución. No se trata de que quien dirige obedezca lo que cualquier grupo le imponga. La obediencia a los principios asegura no caer en chantaje o presión de grupos que en “aparentes juegos democráticos” hacen presión sobre la autoridad para alcanzar sus fines o valores particulares sobre aquellos de la colectividad y de la propia institución.

            Un ejemplo muy claro de esta visión puede ser tomado del conocido libro El Principito de Antoine de Saint-Exupery, cuando el personaje visita el asteroide 325 y se encuentra con el rey que habita solo en dicho asteroide y que después de reclamar al Principito su bostezo, termina por mandarle: “Te ordeno que bosteces”. “Pero eso me cohíbe, no puedo hacerlo...”, contesta el Principito y el rey termina diciendo: “¡Entonces te ordeno que a veces bosteces y a veces no bosteces!” y continúa  explicando la lógica de su estilo de mando: “Si yo ordenase a un general que se transformase en ave marina y si el general no obedeciese, la culpa no sería del general, sería culpa mía”.

            Continúa el rey: “Hay que exigir de cada uno lo que cada uno pueda dar... La autoridad reposa ante todo en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se arroje al mar, éste se sublevará. Tengo derecho a exigir obediencia porque mis órdenes son razonables...”

            Cuando el Principito aprovecha para solicitarle al rey que le ordene partir antes de un minuto, después de lograr su objetivo se aleja con un suspiro, alcanza a escuchar al rey gritando: “Te nombro mi embajador...” y el Principito parte con la sensación de que el rey tiene un gran aire de autoridad...


*Director General
De Medios y Soluciones Estratégicas para la Empresa







miércoles, 13 de febrero de 2013

La Paz, ciudad ilegal



La mancha urbana creció sobre un área natural protegida, según decreto de Lázaro Cárdenas



Por Raymundo León Verde



La mayor parte de la ciudad de La Paz se encuentra asentada en forma ilegal en un área natural protegida, según un decreto presidencial de 1938 que al estar vigente genera incertidumbre a la inversión, advirtió el presidente de la Asociación de Empresas Hoteleras y Turísticas de La Paz (Emprhotur), Agustín Olachea Nogueda.
El decreto publicado por Lázaro Cárdenas en el Diario Oficial de la Federación el 24 de agosto de 1938, declaró como zona protectora forestal vedada los terrenos que rodeaban la ciudad y puerto de La Paz en ese entonces.
Los linderos del polígono están delimitados por los cerros del Tecolote, El Coyote, El Orégano, El Atravesado y El Bledal hasta los predios El Centenario y El Refugio; continúan hasta el cerro Devisaderos, la mojonera del predio El Detilito y la península de El Mogote, por lo que abarca toda la ciudad de La Paz y sus áreas conurbadas.
De acuerdo con el documento, el aprovechamiento de los recursos forestales dentro de la zona señalada se concreta únicamente a la extracción de maderas muertas.
El decreto olvidado durante 75 años, periodo durante el cual la ciudad de La Paz creció dentro del área natural protegida, fue utilizado por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) como uno de sus recursos jurídicos para detener los proyectos turísticos Paraíso del Mar y Entre Mares en El Mogote, una franja de arena, dunas y manglares, frente al malecón de la ciudad.
El presidente de Emprhotur y promotor del proyecto Entre Mares, Agustín Olachea, explicó que el citado decreto fue creado para frenar la deforestación de los alrededores de la ciudad de La Paz que en 1938 abarcaba no más de diez cuadras.
Señaló que el documento quedó en el cajón del olvido, nadie le puso atención, la capital del estado creció y fueron creados instrumentos de planeación como el Plan de Desarrollo Urbano de La Paz (PDU) dentro del polígono citado, pero “desafortunadamente” un juez del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa (TFJFA) con sede en la ciudad de México lo sacó a relucir para parar el desarrollo de los proyectos turísticos de El Mogote.
De acuerdo con ese juez la zona protectora forestal vedada es equiparable a un área natural protegida, por lo que “todo lo que se construyó a partir de 1938 en la ciudad de La Paz es ilegal”, señaló.
Aseveró que se trata de una laguna jurídica “tramposa” que cualquier  ciudadano puede utilizar para frenar la inversión; un desincentivo para los inversionistas que pueden ver en ese decreto una posibilidad de que ya en marcha sus proyectos corren el riesgo de ser detenidos.
Expuso que con el criterio del juez que aplicó el decreto para los proyectos Paraíso del Mar y Entre Mares, el aeropuerto de la ciudad de La Paz, el edificio del gobierno del estado, el desarrollo de Costa Baja y el centro de convenciones de La Paz, en construcción, entre muchos otros inmuebles, también son ilegales.
“Es muy preocupante porque lo que lo que debemos hacer en La Paz es crear todos los incentivos para que los inversionistas vean que es el mejor lugar para invertir sus recursos, pero lo estamos haciendo al revés, gracias a una organización no gubernamental – El Cemda - que le importa un bledo el crecimiento económico de la ciudad, ellos quieren enriquecerse a costa de detener proyectos y que no existan oportunidades de inversión”, advirtió.
El empresario dijo que no hubo desdén de las autoridades o los inversionistas hacia el decreto, la realidad es que nadie lo vio, “pero esta gente lo sacó del cajón de los recuerdos y lo utilizó como argumento para detener un proyecto, un juez falló y se creó un riesgo para la ciudad de La Paz”.
Advirtió que si ahorita alguien quiere frenar el centro de convenciones de La Paz que construye el gobierno del estado a unos metros de la costa y al lado del estero Enfermería, tiene los argumentos para hacerlo, pues existe un precedente con el fallo del TFJFA y “aquí o todos coludos o todos rabones”.
Expresó que para dar certidumbre a la inversión en La Paz, donde actualmente se construyen cinco hoteles, es necesario que el gobierno del estado y el gobierno federal tengan la voluntad para abrogar este decreto porque el fondo por el que fue creado ya no existe.
Señaló que si la ciudad de La Paz está en un área natural protegida como determinó el Tribunal cualquiera de sus habitantes que quiera construir una covacha tendrá que elaborar una manifestación de impacto ambiental y todos tendrán que pagar derechos por hacer uso de la zona protegida, incluyendo a los pasajeros de otros lugares que aterrizan en el aeropuerto internacional Manuel Márquez de León.
Expuso que existe una reglamentación muy específica en torno a las áreas naturales protegidas y en todo caso los habitantes de La Paz la estarían violando de forma permanente, por eso es necesario revisar el decreto.
Dijo que como se trata de un decreto presidencial toca al presidente Enrique Peña Nieto determinar su futuro “y creo que sería receptivo a los argumentos”, con base en los estudios que tiene que hacer la Semarnat al respecto.
Decreto genera incertidumbre en la inversión
El secretario de Turismo del gobierno de Baja California Sur, Rubén Reachi Lugo, reconoció que el decreto de 1938 es un tema que preocupa porque está vigente y genera incertidumbre entre los inversionistas
El funcionario aclaró que no es un tema de su competencia, pero desde su punto de vista el marco legal de La Paz debe adecuarse a la realidad actual porque no debe existir contraposición entre un decreto presidencial y el PDU de la ciudad.
Dijo que como representante del sector turístico no tiene atribuciones para decir qué se puede y qué no en materia de planeación de desarrollo urbano, pero sí que las inversiones turísticas se hagan dentro de un marco legal que debe corresponder a la realidad actual, según resulte de los acuerdos de los actores del municipio sobre lo que existe hoy y que se quiere lograr dentro de 20 ó 30 años.
Expresó que el tema se ha platicado con Emprhotur, el Congreso local, el gobernador y funcionarios de la federación, por lo que hay certeza de que el decreto debe ser adecuado a nuestros días y a futuro, pues “hoy no podemos salir a vender un destino como La Paz cuando tenemos un PDU que dice una cosa y un decreto que dice otra”.
Dijo que el decreto de Lázaro Cárdenas “nos sorprendió a todos”, pero está vigente y afecta y afectará a La Paz en el futuro si no se adecua a lo que diga la sociedad, no sólo el sector turístico pues es un tema que involucra a toda la ciudad.
Sobre la responsabilidad de quienes pasaron por alto el decreto y levantaron una ciudad encima de él sin tomarlo en cuenta, a pesar de que tiene 75 años vigente, omitió hacer comentarios.
Cemda se opone a la derogación
El Cemda rechazó la idea de derogar el decreto de un plumazo, por lo que planteó su modificación para asegurar la protección de áreas de importancia biológica en la ciudad de La Paz.
Para su modificación, le corresponde a la Semarnat a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) realizar los estudios necesarios y determinar si las condiciones que dieron lugar al establecimiento del decreto no se han modificado, y seguir así el mismo procedimiento para la creación de un área natural protegida de acuerdo a la legislación ambiental vigente, precisó.
“No se puede derogar el decreto de un plumazo, es necesario evaluar las áreas de importancia ecológica que comprende el polígono del decreto, como lo son los esteros Zacatecas y Enfermería, El Mogote y el Cerro de la Calavera, entre otros sitios, y mientras subsistan sus valores ambientales deben protegerse bajo la categoría de área natural protegida. Es por ello el Cemda ya realizó la solicitud formal a la Semarnat y a la Conanp de recategorización de la zona para que esto suceda”, expresó Agustín Bravo Gaxiola, representante de Cemda en el noroeste. 
Añadió que  “Los fallos de los Tribunales son específicos para Entre mares y Paraíso del Mar, y no para toda la ciudad de La Paz, recordemos además que los proyectos se encuentran en un humedal reconocido por la Convención Ramsar como de importancia internacional. Es por ello la necesidad de trabajar en recategorizar el decreto”, finalizó.
El pasado martes 22 de enero, el presidente de la Comisión de Asuntos Turísticos del Congreso del estado, Alberto Treviño Angulo, presentó una iniciativa de acuerdo económico para que el poder legislativo exhorte al gobernador Marcos Covarrubias que gestione ante el presidente Enrique Peña Nieto, la derogación del decreto emitido por Lázaro Cárdenas “en razón de que éste ha quedado sin materia”.