Por: Salvador
Castro Iglesias
Correo
electrónico: salcasis@yahoo.com.mx
Este domingo
28 de Agosto se celebró el día de los Abuelos, y como ocurre en ese tipo de
celebraciones, no podían faltar las muestras de afecto, tazas conmemorativas,
saludos y muchos post en las redes sociales con fotos de los abuelos.
Me pregunto ¿Qué
es un abuelo(a)?, ¿acaso ese ser cuya vida lo ha llevado a obtener dicho título
solo por el hecho de ser anciano? O bien, el hombre o mujer que después de
tener hijos y éstos a su vez más hijos pasó a formar parte de los abuelos
Recuerdo a los
abuelos(as) de antes, seres con grandes cantidades dulces para sus nietos, largas
charlas llenas de sabiduría, consejos, abrazos y besos sin fín cuando eran
visitados por sus hijos(as) y nietos(as).
Obvio, me
vienen a la memoria los recuerdos de mis abuelos(as), mi querida abuela Carmen
y mi abuelo Manuel, quienes llegaron a estas tierras allende el mar, después de
salir huyendo de la represión en España al fin de la guerra civil y que no solo
trajeron consigo sus pertenencias materiales, también venían cargados de
cultura y muchas ganas de trabajar en estas tierras desconocidas para ellos.
¿Qué decir de
mis abuelos paternos, mi abuela Elena y mi abuelo Salvador, ambos también
venidos de Ensenada, en donde quemaron sus naves para venir a colonizar Los
Planes y quienes dejaron en esas tierras calcinadas por el sol a sus hijos
fallecidos en condiciones muy trágicas.
Mis abuelos
fueron gente de bien, con valores y amor por la Patria que inculcar, con
respeto hacia los demás y un espíritu férreo que formó hijos trabajadores y
nietos que aún hoy recuerdan sus enseñanzas.
Hoy veo a
muchos nuevos abuelos (yo entre ellos), jóvenes y con pocas marcas de la edad,
que trabajan, bailan, salen a pasear y se sienten aún lo suficientemente activos
para el estereotipo de lo que muchos piensan de los abuelos.
También
observo a algunos abuelos que a su edad (50-60 o más), se sienten viejos y
piensan que ya dieron todo y sentados esperan que los años se sigan acumulando
en lo que les llega su hora de partir.
Hoy gracias a
la medicina, los gimnasios, los nuevos tipos de prevención y una adecuada
alimentación, los abuelos pueden optar por seguir viéndose y sintiéndose jóvenes,
van por la vida felices y disfrutando a sus nietos.
Pero en verdad
yo creo que ser abuelo no necesariamente va con la edad, tiene que ver con la
forma en que aceptemos ese honroso cargo, que nos hace corregir la manera en
que educamos a nuestros hijos, ver la vida desde otra perspectiva y divertirnos
con los nietos sin tener que andar cambiando pañales, haciendo tareas con
ellos, llevándolos a la escuela, sufriendo noches eternas de enfermedades,
luchando día a día por conseguir el sustento para ellos y sobre todo, irlos
formando y educando para la vida.
Por otra
parte, se y conozco casos muy tristes en donde los abuelos son depositados en
casas de asistencia por hijos que olvidan que pronto también ellos serán
viejos, los dejan ahí y jamás vuelven a preocuparse de ellos.
En esta
sociedad de consumo y de jóvenes, se desprecia a los ancianos y abuelos,
pudiendo aprender de la experiencia y los consejos de ellos, pensando que lo
viejo ya no sirve y hay que tirarlo a la basura.
Para muestra
basta un botón, dese un vueltecita por el asilo de ancianos y piense si usted
querría estar en esa situación algún día.
Mis dos
abuelas me criaron en parte, fueron el sostén y apoyo de mi madre Graciela
debido a que ella tenía que salir a la calle a trabajar sin cuestionar ni
quejarse, sabiendo que sus hijos estaban a buen recaudo de su madre y abuela.
Hoy los hijos
retoman ese modelo, debido a las presiones sociales y económicas deben dejar a
sus hijos al cuidado de los abuelos quienes ya cansados de trabajar toda una
vida, dejan de lado sus sueños de viajar por el mundo, descansar, caminar
tomados de la mano junto a sus parejas, para cuidar de sus nietos.
Otros abuelos
siguen trabajando ante el abandono de sus hijos, quienes felices de ser independientes
se olvidan de ellos, y solo se acuerdan de ellos algunos domingos para
llevarles alguna “cosita” o dejarles a sus hijos porque tienen muchas
ocupaciones y compromisos.
Yo ya no tengo
conmigo a mis abuelos, se fueron hace tiempo a descansar (por fin) entre las
nubes junto a mis padres, y seguro estoy que ellos también deben festejar el
día de los abuelos(as) pero en santa paz.
Cada quien
tiene una visión y percepción que podrá ser distinta a la mía, pero para el que
esto escribe, los abuelos no solo deben ser respetados por su edad, deberán
serlos porque son los garantes y guardianes del conocimientos, la experiencia y
los valores que hoy en día son desechados en aras de la juventud y la idea de
que solo los jóvenes tiene la verdad.
Nos leemos más
adelante …