Nativa de la Ciudad de México, con apellidos de
ancestros Jaliscienses (sobre todo el Navarro, de los meros Altos de Jalisco); desde muy pequeña, su familia se trasladó a los Estados Unidos y
todos sus estudios, hasta la Universidad, los realizó en la ciudad de Los
Ángeles, California; con la idea fija, por volver a su México querido.
Confiesa abiertamente su debilidad por lo poético, y
admira con profunda y arraigada Fe, la sensibilidad con la que se expresan los poetas.
Lleva más de 35 años escribiendo; con una abundante y selectiva cosecha de once
libros registrados. Su motivo es trasparente “En ellos he plasmado lo que siento y represento, forjado en ideales,
virtudes, conocimiento y principios...
“Quienes me han leído –quizá sin proponérselo, me han infundido
la fuerza que tiene mi inquieta y complaciente pluma. Esa fuerza sublime, no
conoce fronteras: como el corazón, no tiene límites para amar”.
Su poesía es breve, pero muy certera; sin miedo alguno
por desnudar la verdad, exhibir las
debilidades, propias o ajenas, y a plena luz del día. Diríamos con convicción
ancestral: “al pan, pan… y al vino, vino…”
Les comparto con gusto, poemas de sus libros: “El
ansia del beso”; “La bondad del Alma”; “Poemas de una mujer
sola”; “Mis letras, para tocar tu alma”; “Sin temor al Adiós”, y “Detener el tiempo”…
ABRES UN ABISMO
Yo mantenía una luz encendida,
por tu recuerdo, por tu voz
por tu mirada... hoy perdidas.
Haz apagado esa luz con tu partida.
Con tu ausencia forjas un abismo:
abriendo una y otra herida;
borrando mi nombre sin sentirlo
dejando en mi vida un gran vacío.
ESO LE ENSEÑÉ... Y LO HACE MUY BIEN
Yo ausente.
Yo; perdida mi mirada,
Yo; pensando en él.
Y así, estuve ensimismada
platicando con la luna,
del por qué no hubo reciprocidad...
Nada de cariño sincero.
No logro olvidar... te fuiste sin decir “adiós”.
Y... ¿Cómo es que aun así, te sigo amando?
Algo que muy pocos entienden.
Mi corazón, tupido de cicatrices,
no entiende las ausencias, los desprecios,
todo lo disculpa... todo lo perdona.
Y sigue latiendo noblemente;
sigue amando sin cesar.
Es lo que le enseñé...
y lo hace; ¡excelentemente
bien!
ACARICIO PENSAMIENTOS
Extraño tu saludo amistoso,
tu voz que acorta la distancia;
y será para ti asombroso,
que aún percibo tu fragancia.
Como no te veo ahora
sólo acaricio tu ausencia,
escribiendo pensamientos;
y mi cuerpo te añora
como en otros tiempos.
¡A esta ardua espera, hazme renunciar!
Regálame esos inigualables momentos
para juntos recordar:
aquel romance tan hermoso,
que ni tú ni yo, podremos
olvidar.
ESTE CARIÑO NO SE DETIENE
Yo no sé cuáles son tus carencias;
cuáles son las necesidades en tu vida.
Lo que sí sé, es que cariño,
hoy en día, no te faltará.
Todas las caricias anheladas...
aquí están.
Los detalles que tanto esperabas,
a manos llenas tendrás.
Y si todo esto, para ti no es suficiente;
tú me lo dirás.
Seré tolerante, paciente;
porque este cariño que te doy
no se detiene.
DE HINOJOS
Tú que me imploras amor,
y con tu orgullo me ofendes.
Una y mil veces me ignoras
y aún no lo entiendes.
Te molestan mis reproches.
Te enojas y...
olvidándolo todo, te alejas.
Luego, humedecidos los ojos,
pidiendo mutuamente perdón...
volvemos a intentarlo otra vez.
Y es cuando tú...
Espontáneamente, y de hinojos,
me dices “te quiero”, y besas mis pies.
Como bella señora hogareña, vaya que sabe preparar… EL
BUEN MENÚ:
Hoy te escogí un menú excelente,
nutritivo, sano para el cuerpo,
el alma y la mente.
La sopa es de nudos;
los cuales, al probarla, nos desatan
angustias, y conflictos duros.
La ensalada la mezclé con amor.
Fresca lechuga de picardía,
sal de risas, aceite de buen humor
y rebanadas de alegría.
Hay varios guisados:
confianza al horno, con empatía;
bienestar, cubierta de encuentros gratos,
y paz al gratín, con una pizca de melancolía.
De postre, escogí una acaramelada sonrisa.
Un endulzado abrazo, de cariño tupido,
y un rico merengue hecho de besos de despedida.
Todo esto para ti, lo he elegido.
¡Buen apetito!
Y cerramos la jornada, con esto que Sonia ha expresado
con absoluta convicción: ¡SOY CULPABLE!
¡Soy culpable, de tanto
quererte!
De quemar mis adentros
por el deseo infinito de
tenerte.
¡Y con el
alma, confesar todo lo que siento!
¡Soy culpable de mi llanto!;
por no poder alcanzar tu corazón…
Recibir sólo desencantos
y carecer de fuerza, para entrar en razón.
¡Soy culpable, de estar enamorada!
¡De dar todo, a cambio de nada!
Y enfrentar al cruel destino,
¡Que, sin piedad, me niega tu cariño!
Amigos, ella es Sonia Serrano Navarro; quedémonos con su indomable fuerza de
Amar… Y, veámonos pronto, de nuevo para Reflexionar.