Falso que BCS sea un estado subsidiado por la Federación
De hecho, aporta más de lo que recibe
Necesario cambiar las reglas del convenio de coordinación fiscal
Por Raymundo León Verde
Muchas veces he escuchado que
Baja California Sur es un estado subsidiado por la Federación con el argumento
de que el 97 por ciento de sus ingresos son recursos federales.
Este año, por ejemplo, recibirá
13,372 millones de pesos, es decir, 1,241 millones más que lo que se
presupuestó para el 2015 y 891 millones de pesos más que la propuesta inicial
para el 2016, la cual ascendía a 12,481 millones de pesos, según datos del
diputado federal panista Herminio Corral Estrada, secretario de las comisiones
de Hacienda y Crédito Público, y de Presupuesto y Gasto Público.
Este dinero pareciera ser mucho
en comparación con lo que recauda el estado vía impuestos propios, apenas el 3
por ciento de acuerdo con el secretario de Desarrollo Rodrigo Guerrero Rivas,
pero igual y no es así si se toma en cuenta lo que se entrega vía impuestos
federales, derivado principalmente del sector turístico del municipio de Los
Cabos.
Sin tener datos precisos sobre lo
que se recauda en Los Cabos, por ejemplo a través del Impuesto al Valor
Agregado, me llamó la atención la cantidad de recursos que genera la industria
turística en el país, de más de 21 mil millones de DOLARES, de enero a agosto
del 2015, de acuerdo a lo dicho por el presidente Enrique Peña Nieto en su más
reciente visita OFICIAL a Los Cabos. De ahí la duda de que en verdad Baja
California Sur sea un estado que depende económicamente de la federación.
En lo particular y tomando como
base este dato sobre la derrama económica del turismo y debido a que Los Cabos
aportan 2 millones de visitantes extranjeros cada año, comparto la idea del
legislador panista, con quien conversé en la Cámara de Diputados sobre este
tema, de que Baja California Sur no está subsidiado por la Federación, sino que
seguramente da más de lo que recibe.
Corral Estrada, ya empapado en el
tema del presupuesto federal, dijo que precisamente tiene la intención de
llevar a cabo un estudio que precise cuánto entrega Baja California Sur al
gobierno federal, a fin de llevar a la mesa de debate la necesidad de que esta
entidad tenga un mejor trato a la hora de la distribución de recursos.
Tarea nada fácil, porque como
comenta, ningún estado quiere perder parte de su presupuesto para dárselo a
otro y mientras Baja California Sur cuenta con apenas cuatro diputados, otras
entidades están representadas por decenas, así que si bien pueden escuchar los
argumentos de los legisladores sudcalifornianos, e incluso darles la razón,
difícilmente van a cambiar las reglas que a sus estados favorecen.
Y es que ya metido más de lleno
sobre este asunto, encontré que el criterio que más pesa para el reparto de las
participaciones federales es la cantidad de población, seguido de la
recaudación de impuestos y el crecimiento económico, por lo que si bien Baja
California Sur puede competir en los dos últimos aspectos, en el primero
palidece frente a otros estados como Edomex, Distrito Federal (ahora convertido
en entidad federativa), Nuevo León, Jalisco y Veracruz, cuyas poblaciones se
miden por millones.
Según Corral Estrada hay otros
criterios que también se toman en consideración dentro de las fórmulas del
convenio de coordinación fiscal como es la pobreza, de manera que aunque Baja
California Sur tiene 200 mil pobres moderados y 30 mil extremos, hay estados
históricamente rezagados como los del sureste mexicano, Chiapas, Guerrero y
Oaxaca, que además representan un barril de pólvora a punto de estallar, por lo
que los legisladores prefieren evitar riesgos siendo generosos con ellos.
Creo que el paternalismo más que
ayudar a veces perjudica cuando se exagera y no se tienen límites, por lo que
si bien es cierto que se deben apoyar estas entidades para que gradualmente
mejoren sus condiciones económicas y las de su población, también se debe
estimular a los estados que muestran signos de crecimiento y productividad.
Además no se puede dejar de lado
que junto con el crecimiento económico llegan miles de personas atraídas por el
sueño de progresar, provocando rezagos sociales y en la prestación de servicios
urbanos, y si no ahí están Los Cabos, uno de los centros vacacionales más
importantes del país, pero con un cinturón de miseria a su alrededor, con falta
de agua potable, tierra para vivir, pavimentos, alumbrado público y seguridad
para atender a su creciente población.
Es conveniente entonces que se
busquen los equilibrios en la distribución de los recursos federales a los
estados, que sí se ponga atención a los estados más pobres, pero sin irse de
frente, parar y voltear a ver a los demás, sobre todo a los más productivos.
Hoy se lograron más recursos
debido a las gestiones del gobernador Carlos Mendoza y los legisladores del
PAN, pero esto debe ir más allá de un asunto de voluntades, deben incorporarse
otros criterios que hagan más justa la distribución de los recursos federales,
los cuales en buena medida se generan en los estados.
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