La Paz Baja California Sur a 21 de Julio de 2015
Honrar la palabra
Por: Salvador
Castro Iglesias
Correo
electrónico: salcasis@yahoo.com.mx
Hoy por la
mañana recordé que cuando era niño, veía como mi padre y mi abuelo materno,
hacían negocios, en aquellos años no era común que los tratos se hicieran por
escrito, no había contratos complejos llenos de letras pequeñas, y mucho menos
notariados; solo estaba de por medio la palabra para hacerlos válidos.
Hoy en día sin
embargo, veo a personas que hacen tratos de cualquier índole y al paso de los
días, meses o años, deciden no cumplirlos, muchas veces sin importar si están
por escrito o solo fueron de palabra. Pareciera que la amnesia se apodera de
ellos y simplemente se esfuman y es casi imposible de localizarlos, hasta que pasa
el tiempo y uno mejor prefiere perder lo pactado.
No sé ustedes,
pero para mí un trato debe cumplirse esté por escrito o no, no importa a veces
el tiempo transcurrido, todos sabemos que en ocasiones y debido a mil
contratiempos no se puede cumplir en tiempo y forma, pero sí creo que si ese
fuera el caso, al menos debería llegarse a un acuerdo entre ambas partes para
buscar remediar o solventar tales situaciones, esconderse o dejar de recibir
llamadas o mensajes no es la solución.
Esto viene al
caso debido a que cada día y con mayor frecuencia veo y escucho que si “El
gobierno me debe una lana, pero con el cambio de administración ya no me pagarán”,
“que si fulano y yo hicimos un trato de palabra, cumplí en tiempo y forma y hoy
no lo he vuelto a ver”, “que si me dijeron que no encuentran la forma de
pagarme porque ya no hay presupuesto” etc.
Increíble, pero
así se van dando las cosas en estos tiempos, pocas personas honran su palabra,
cuando en tiempos no muy lejanos era considerada una obligación de honor hacer
frente y cumplir con ella, quien no lo hiciera perdía toda credibilidad y
existieron casos de llegar a la manos o a las armas por no cumplirlas.
Hoy no hay
forma de hacer cumplir ese tipo de tratos, como no está escrito pues te
amuelas, ¿Qué cosas no?, lo que me lleva a pensar que para mí, ahí es en donde
comienza la corrupción, te pongo a trabajar, me entregas y me olvido de que te
debo, caray.
Pero en
ocasiones es penoso ver que cuando uno reclama lo pactado de palabra, hasta se
ofenden, te ven con cara de ¿Cómo te atreves?, te salen con mil excusas (cuando
te llegas a encontrar por error con ellos), y buscan mil pretextos (incluyendo
el sentirse ofendidos o molestos), como si tu fueras una lacra por solo
pretender que se haga efectivo un trato de solo por el hecho de ser de palabra
debiera honrarse.
Muchas cosas
andan mal en este país, se van perdiendo los valores, se saquea
indiscriminadamente nuestros recursos, se desconocen los tratos, muchos
funcionarios se sirven a discreción y en su propio beneficio del trabajo de los
demás y no cumplen. Penoso en verdad, pero es una realidad insoslayable que
deberíamos de buscar erradicar para vivir en santa paz.
… Nos leemos
mas adelante