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miércoles, 4 de julio de 2018

La jardinera y la yerbabuena

Escrito por: Irma Beltrán Sáinz

Es la tercera planta de yerbabuena que siembro en tres casas distintas.. La primera no se me logró , quizá porque el terreno no era fértil para este tipo de planta. Sin embargo allí planté, germine, aboné y coseche los mejores frutos de mi vida. Los más tiernos y delicadamente cuidados. Tan así que esos frutos eligieron un día plantar sus semillas en otras tierras y dar sus propios frutos... La segunda planta que sembré, era muy pequeña, frágil que hasta dudé que sobreviviría porque ese no era su terreno. Ella estaba acostumbrada a una tierra enorme, en donde pudiera tener todo lo que acostumbraba para ser y estar "feliz" y seguir sin carecer de nada.. Y que sorpresa me dio mi plantita, que al sentir esa tierra diferente a la que ya conocía, a esa que estaba no acostumbrada porque no conocía otra, decidió con miedo y valor al mismo tiempo por fin aprovechar y se agarro de lo que tenia ante ella. No había más por el momento y comenzó la yerbabuena la aventura de confiar ,crecer, cambiar, revivir y extender sus raíces sin importar que tanto éstas se salieran de esa nueva casa que no tenía por primera vez un cerco que le impidiera vivir, crecer, SER así como realmente era una planta con vida. Dispuesta a todo con tal de no volver a marchitarse como la anterior que había sido plantada por la misma persona, se aferró a esa oportunidad y junto con su jardinera iniciaron este viaje de germinar , y confiar la una en la otra. Las dos estaban descubriendo que eran fuertes. Que sus raíces aunque delgadas, eran capaces de sostenerse y que ningún viento podía volverlas a marchitar, derrumbar o arruinar su deseo de vivir. Reconocieron Que todo lo que necesitaban estaba al alcance de su mano y que bastaba tener lo necesario para seguir floreciendo a la vida, al amor, a la fuerza ,a la bondad y todo aquello que a las dos les servía para sentirse vivas libres.. Un día la mujer jardinera decidió que había que buscar una nueva casa, un nuevo lugar donde iniciar una nueva vida, habló con la planta y le explicó como le dolía dejarla ahora que estaban tan acopladas,tan parecidas, tan llenas de vida y aparte tan unidas en esa casita pequeña en donde lo único que la habitaba era esa mujer llena de nuevos descubrimientos personales; afuera lo único que embellecía a la vista de los que volteaban a ver esa casa era la hermosa planta de hierbabuena que nadie más tenia en su jardín.

De momento la planta no la comprendió y quizá pensó ¿como puedes abandonarme ahora que estamos felices por lo que juntas hemos logrado?.

La jardinera veía a la planta y deseaba poder quedarse con ella en esa casita donde había encontrado de nuevo a esa mujer que se había perdido en el camino, aquella que se sabia responsable, decidida y segura,feliz,comprometida,divertida, arriesgada, amorosa, valiente, hermosa , libre y con dignidad.

En ese momento las lágrimas asomaron en los ojos de la mujer y se preguntó ¿acaso así seguirá siendo mi vida.. Una jardinera que vaya plantando yerbabuenas en jardines de otras casas y no en mi propio jardin, mi propia casa mi propio hogar?... !!! La respuesta llegó pronto a la mujer y fue esta: Hay quienes tienen una casa enorme y no son felices. Hay quienes pierden el rumbo y no lo encuentran. Hay quienes tienen un corazón y no aman, hay quienes todo lo pierden y jamás se dan cuenta, hay quienes tienen solo un patio y nunca un jardin...
Y fue entonces cuando la mujer jardinera cortó un diminuto brote y de nuevo lo plantó en un lugar muy parecido a los anteriores, pero de nuevo en una casa diferente en donde así como le ocurrió a la jardinera, le ocurrió a la yerbabuena, se dio la magia de que juntas volverían a descubrir lo que hay para ellas en esa nueva tierra que tendrán que labrar, abonar germinar y si Dios así lo dispone , cosechar juntas.

Feliz la jardinera sonrió y dijo: Estoy segura de que esta vez mi terreno será más fértil que el primero, porque hoy se lo que necesito y que no para mi jardín de amor.. La planta hermosa se quedó a adornar el jardin donde aún vive y la jardinera de nuevo emprende el viaje de caminar para conocer lo desconocido y no vivir aferrada por miedo a lo conocido. Hoy sabe lo que es ir tras sus sueños..... Y va de nuevo la jardinera con su amada yerbabuena !!!

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