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Raymundo
León Verde
Fue
un compromiso de Enrique Peña Nieto
David
Korenfeld lo ratificó
¿Se
le dará carpetazo a esta importante obra?
Como no recordar las
promesas de campaña del ahora presidente de la República, Enrique Peña Nieto,
en materia de agua potable y aguas tratadas para el municipio de La Paz.
Ante miles de personas
reunidas en el estadio Arturo C. Nahl, Peña Nieto firmó tres compromisos: la
construcción de una planta desalinizadora de agua de mar para la producción de
200 litros por segundo, la segunda etapa del acueducto El Carrizal La Paz, y
una nueva planta de tratamiento de aguas residuales, los cuales no se han
concretado a la mitad de su gobierno.
En el caso del
acueducto y de la planta de tratamiento ya hay avances, uno con obra y otro en
el proceso de licitación, pero en el caso de la planta desalinizadora el
proyecto prácticamente se encuentra detenido y al parecer en riesgo de que no
se construya. Ni las autoridades de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ni
del ayuntamiento de La Paz han tocado el tema últimamente.
En agosto del 2013, el
entonces director general de la Conagua, David Korenfeld, confirmó que la
planta desalinizadora de La Paz se construiría con una inversión de 500 millones
de pesos.
En reunión de trabajo
con el gobernador Marcos Covarrubias Villaseñor y la entonces alcaldesa de La
Paz, Esthela Ponce Beltrán, dijo que la planta desalinizadora ayudaría a
disminuir la sobreexplotación de los acuíferos del municipio, pues el 98 por
ciento del consumo de la ciudad proviene de fuentes subterráneas.
Para justificar el
proyecto refirió que países como Arabia Saudita, Qatar, Libia, Estados Unidos y
España han encontrado en la desalinización una solución al problema de la falta
de agua potable, lo que daría oportunidad a México de escoger las mejores
tecnologías.
Indicó que el producto
obtenido mediante la desalinización tendría un precio justo y que pudiera pagar la gente.
En su momento, el ex
director del Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable y
Alcantarillado de La Paz (OOMSAPAS), Germán Ruiz Padilla, aseveró que el
proyecto estaba en marcha y ya se hacían estudios para su ubicación, además de
que su producto sería destinado a desarrollos turísticos para que estos no
usaran el agua subterránea destinada a la población, lo cual despertó
inconformidad porque eso no fue lo que dijo Enrique Peña Nieto, pues obviamente
las miles de personas que estuvieron en el estadio Arturo C. Nahl aplaudieron
la promesa pensando que el producto de la desalinizadora sería para uso
doméstico como sucede con la planta que opera en Cabo San Lucas.
Hace unas semanas el
director general del OOMSAPAS Héctor García González dio a conocer que este
organismo tiene entre sus planes el intercambio de aguas residuales por blancas
con ejidatarios de Chametla y El Centenario para resolver el reto que
representa el abasto de agua potable en el municipio de La Paz.
Informó que la capital
del estado cuenta con 21 pozos en operación que suministran 806 litros por
segundo a la red, por lo que el plan es conseguir otros 20 pozos en las
inmediaciones de la mancha urbana que actualmente están destinados al uso
agrícola.
Precisó que la
intención es intercambiar aguas tratadas por blancas al dos por uno o en su
caso comprar los derechos de los títulos de concesión que tienen los
agricultores.
Ahora bien, aunque esta
alternativa fuera viable y con un menor costo en el abasto de agua potable que
requiere la ciudad de La Paz, que tiene un déficit de 200 litros por segundo, y
aunque de una vez por todas comenzara a trabajar el acueducto del Carrizal a La
Paz, la pregunta es ¿tendría que descartarse el proyecto de la desalinizadora
prometida por Enrique Peña Nieto?
En mi opinión NO,
porque la ciudad de La Paz está en crecimiento y el tema del agua potable es
fundamental en el desarrollo de cualquier lugar.
Es necesario que las
autoridades tanto de la Conagua como del OOMSAPAS y del ayuntamiento de La Paz
tengan al tanto a la población sobre este importante proyecto, que además es un
compromiso presidencial confirmado en su oportunidad por David Korenfeld.
Hoy vemos con agrado
que en el municipio de Los Cabos, el proceso para la construcción de una nueva
planta desalinizadora o la ampliación de la que ya opera en Cabo San Lucas va
viento en popa y es uno de los principales proyectos que impulsa el presidente
municipal Arturo de la Rosa Escalante, lo que contrasta con las dudas que
genera la falta de información sobre el proceso de construcción de la planta desalinizadora
de La Paz, que no debe dejarse como una obra para después.
Creo que se debe
retomar el proyecto con mayor fuerza e insistir ante las autoridades federales
para que se haga realidad esta obra que es un compromiso del actual presidente
de la República, que si bien ha dado carpetazo a otros proyectos de obras
importantes en el país, en La Paz no puede quedar a deber una infraestructura
que es vital para una zona tan árida, con escasez de agua, con una población
que está en crecimiento y que necesita el recurso hídrico para su desarrollo
económico.
Con casi la cuarta
parte de los litorales del país, la desalinización de agua de mar para
convertirla en agua potable tiene una lógica elemental para abastecer a sus
ciudades, en particular de los municipios de La Paz y Los Cabos, por lo que
sería una lamentable decisión dejar de lado un compromiso que además tiene la
firma del actual presidente de la República.