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miércoles, 28 de octubre de 2015

¿por qué me río?

Por: Salvador Castro Iglesias
Correo electrónico: salcasis@yahoo.com.mx

Hace algún tiempo, alguien me preguntó ¿por qué te ríes?, en ese momento solo atiné a decir.- ¡Por que sí!.

Con el paso del tiempo y al convertirme en una persona adulta, esa pregunta adquiere nuevas dimensiones, hoy ya no se trata solo de reírme porque sí, va mucho más allá.

Después de haber transcurrido un largo camino, de pasar algunas penurias, fallecimientos de personas amadas, engaños y desengaños, falsos amigos que hoy ya no están, puedo por fin dar respuesta a esa pregunta.

Me río de la vida, de mis amaneceres en los que una vez más me siento vivo, me río de mis aciertos y desaciertos, porque gracias a ellos avanzo en mi camino, río porque no hacerlo sería una muestra de ingratitud por todo aquello que la vida me ha concedido.

Cómo no reír ante un tipo como el pato Lucas que una y otra vez, me recuerda que la vida la construye uno mismo, y se es lo que uno quiere ser, sin convencionalismos, con actitud alegre ante los acontecimientos del día a día.

Reír además, sana el alma, la transporta a regiones en donde la tristeza no tiene cabida, en donde el tiempo se detiene en franca complicidad con la felicidad, pasa algo, el cuerpo se agita, el cerebro responde y como resultado sale la risa explotando los sentidos.

Obviamente cada día nos trae preocupaciones, penas, dolor y tristeza, pero gracias a la risa podemos superarlas y así renacer como el ave fénix.

Sé también que los agoreros de las desgracias dirán que solo los locos pueden reírse de tanta cosa que nos pasa en este bello País, pero les diré que para mí, reír es como ver ese vaso con agua, puede estar medio vacío o medio lleno, yo prefiero verlo como un vaso con agua que calmará o mitigará mi sed, sin importar si está a medias. La risa es así, siempre apacigua las tristezas.

Que si el Presidente de México no da una cada vez que habla o toca algún tema, es para dar risa (aunque luego se desquite aumentando los precios de las gasolinas o los impuestos), que si nuestros conspicuos y siempre acertados Diputados y Funcionarios dicen una cosa y hacen otra, no queda otra que reírse, porque son los que tienen el sartén por el mango y a los pobres y sufridos Ciudadanos no nos queda de otra que reírnos, México es así, nos reímos de la vida, de la muerte y hasta le cantamos, llevamos flores, comida y bebida a los panteones el día de muertos, y les contamos nuestras alegrías a aquellos que ya no están con nosotros.

Me río, sí, todos los días, porque mi compañera de vida merece que la haga reír, hacerla feliz y compartir juntos la alegría de tenernos, de amarnos y sabernos uno.

Por supuesto que me río, me llevaré a la tumba (o al crematorio), mis risas, mis locuras, mis ideas, mis aventuras. Pleno de risas alegres que me lleven ante mi creador y podamos juntos reírnos hasta la eternidad.

Nos leemos más adelante …




jueves, 15 de octubre de 2015

El día de La Raza

La Paz Baja California Sur, a 12 de Octubre de 2015

El día de La Raza
Por: Salvador Castro Iglesias
Correo electrónico: salcasis@yahoo.com.mx

Dicen los que sí saben que un día de tantos de nuestro Señor de 1492 ( para ser màs exactos un 12 de Octubre), el marinero Rodrigo de Triana (que viajaba con Don Cristobal Colón), gritó a todo pulmón .- ¡Tierra a la vistaaaaaa!.

Imagino yo el júbilo que embargó el henchido pecho de Don Cristobal, después de navegar más de dos meses por esos mares de Dios, batallando con tormentas, rebeliones y sobretodo, con el hastío que debió significar viajar es esas naves de madera, con un calor de mil demonios y sin una chica guapetona que le echara porras, solo en compañía de una tripulación integrada por hombres que de seguro tenían muchas cosas malas incluyendo un genio de mil demonios.

En fin, que llega el intrépido viajero a la Isla de Guanahani (hoy parte de las Bermudas) y presto a tomar posesión de ella, desembarca en la playa, se arrodilla (como era costumbre en esa época) y declara en nombre de la Corona Española que esa tierra ya no sería de sus habitantes oriundos de ella.

Así dicen que pasó, los Indios (que no lo eran por no vivir en las Indias), nunca imaginaron la bronca que se les vendría encima, aunque Don Cristobal traía buenas intenciones, pronto descubrieron que la cosa iba tan en serio que muy pronto serían conquistados, subyugados, despojados y todos los ados posibles.


Al paso del tiempo, el llamado Día de la Hispanidad, se festeja por todo lo alto (al grado de ni siquiera ir a trabajar para honrar esa fecha) se convirtió en el Día de La Raza, y ahí vamos los Mexicanos a escuchar grandes diatribas, discursos y loas a nuestros antepasados (incluyendo a los Españoles que ni tardos ni perezosos decidieron conquistar primero a las Indias, procrear una nueva raza que hoy se llaman mestizos y a darle que es mole de olla), recordando la fecha exacta en que dejamos de ser libres, indomables, feroces, guerreros y fiesteros.

Después llegan los Frailes y Misioneros Católicos para convencernos de que eso de andar en cueros, viviendo libres y adorando a otros Dios no era la onda, todos debían renunciar a todo aquello que conocían y adorar a un solo Dios, a su Hijo y a su Bendita Madre la Virgen María, so pena de ser enviados al más allá en compañía de sus abominables Dioses.

Fue tan triste lo que pasó, que hasta la llorona pide clemencia (aún en nuestros días) y los que sobrevivimos a esa fusión de razas, credos, idiosincrasias, aún vamos pagando el precio de tal descaro de venir a conquistarnos.

Efectivamente somos La Raza (de barro y bronce cocido al sol), solo que hoy los conquistadores son otros, el despojo es el mismo y los Dios regresaron en forma de Senadores, Diputados, Gobernadores, Presidentes Municipales y funcionarios, que nos recuerdan a cada momento que el oro y las riquezas son solo para ellos y a nosotros solo nos queda recibir cuentas de vidrio y el castigo divino del Gran Señor de estas tierras conquistadas si nos atrevemos a rebelarnos.

Si, hoy es el día de La Raza, festejemos pues al menos ese orgullo Nacionalista que nos embarga soñando que un día nos levantaremos del suelo, y recuperaremos nuestra identidad, tal vez sea cuando entendamos que ni somos Españoles ni somos indígenas (con la gran honrosa excepción de nuestros pueblos indígenas que aún existen), somos Mestizos y nos hacemos llamar Mexicanos.

Nos leemos más adelante …



jueves, 1 de octubre de 2015

Recuperando el tiempo...

Por Irma Beltrán Sáinz
Entrar al baúl de mis recuerdos me da nuevas enseñanzas no importando las veces que me meta en el, siempre hay algo nuevo que descubrir en ese viejo pasado que ya viví...
Que suerte he tenido de ser yo la que tenga ese baúl y lo mejor de todo es que siempre se donde está oculto.
Hoy me permitiré vivir un reencuentro con mi pasado y estoy segura que al hacerlo, mi presente se tornará más sólido de lo que hoy se encuentra.
Recordar es volver a vivir....y viviendo es como voy fortaleciendo mis recuerdos. Esos recuerdos que quiero que siempre me acompañen porque me hacen orgullosamente ser la mujer de hoy.
Una vida sin pasado es como una vida sin futuro... Que mejor que vivir en el presente... Estos estados son solo marcas en el tiempo y que dependen de mi en que tiempo decido vivir.
Dicen que el tiempo no se recupera
Quizá estén en lo correcto.
Más no importa si esto es falso o verdadero, sólo se que al recuperar el tiempo podemos vivir sin el remordimientos por no haber he hecho lo correcto.
Hoy viviré mis tiempos, porque tú vivirás los tuyos.
Dios vivirá sus tiempos que son tan perfectos. Y si hoy estoy pensando en recuperar el tiempo pasado, será quizá porque estoy en los tiempos de Dios y sólo Él sabe cuándo es tiempo de "conocer el tiempo."
SIBALAUMA