Por
Raymundo León Verde
La ausencia de manifestaciones masivas en
contra de Marcos Covarrubias Villaseñor en la presentación de su segundo
informe de gobierno da una lectura clara del grado de conformidad que existe
entre la población hacia la actual administración estatal.
No faltará quien diga que el día y la
hora del informe no eran propicios para las manifestaciones, que prevalece una
gran apatía entre los paceños hacia este tipo de eventos o que no es un año de
elecciones, pero lo cierto es que no hubo motivos ni pretextos para el reclamo,
no en contra del gobierno de Covarrubias.
Los únicos que hicieron ruido el pasado
15 de marzo afuera del teatro de la ciudad, sede del evento encabezado por el
gobernador del estado, fueron algunas decenas de profesores disidentes de la
sección tercera del SNTE contra la reforma educativa, un tema de índole
nacional que escapa a la competencia estricta de la administración estatal.
¿Están conformes los sudcalifornianos
con la forma de gobernar de Marcos Covarrubias hasta ahora?, si se toma en
cuenta la reacción de la gente en sus primeros dos informes, yo diría que sí y
si alguien no lo está al menos no encuentra la justificación ni el eco
suficiente para hacer un reproche colectivo.
El informe entregado a los diputados
locales y el mensaje emitido a la población dan cuenta de los avances logrados
en los últimos doce meses en materia de desarrollo social, infraestructura y
economía.
Se puede afirmar que los avances en un
gobierno son algo normal, es más una obligación, porque ningún gobernante se
puede quedar sin hacer nada, sobre todo contando con recursos públicos; sin
embargo, aquí el asunto es de matiz, pues hay de avances a avances y las
comparaciones son odiosas, pero un termómetro estupendo para medir las
distintas administraciones.
Y en ese sentido no se pueden escatimar
méritos al trabajo realizado por Marcos Covarrubias Villaseñor, pues mientras
otros gobiernos en dos años apenas se van acomodando, en su caso ha tenido que
meter el acelerador, pues esa ha sido la exigencia de un periodo atípico en
vista de que sólo será de cuatro años y medio y no de seis, y prácticamente ya
está a la mitad.
Si hay algo que reconocerle al primer
gobernador comundeño ha sido su dinámica de trabajo y su habilidad de gestión,
pues antes de que asumiera la gubernatura ya se encontraba en la ciudad de
México haciendo antesala con los secretarios de estado.
Por supuesto que Marcos Covarrubias
encontró en sus primeros dos años las puertas abiertas de la administración
federal por la coincidencia partidista con el ex presidente Felipe Calderón,
pero ya otros gobernadores de Baja California Sur tuvieron esa oportunidad y no
la supieron aprovechar, no en la medida que lo ha hecho Covarrubias.
Destaca en particular lo logrado en
infraestructura en el último año en materia carretera, pavimentación de
vialidades urbanas, el mejoramiento de recintos y campos deportivos, la
construcción de dos centros de convenciones en Los Cabos y La Paz, de dos
presas en Comondú y Los Cabos, y la modernización del puerto de Pichilingue,
entre otras cosas.
Las circunstancias de la economía
mundial también le han favorecido al gobierno de Marcos Covarrubias, pues a
diferencia de su antecesor no ha tenido que lidiar con problemas como el de la
influenza o la crisis inmobiliaria de Estados Unidos que tuvieron efectos
negativos en la economía del estado.
El año pasado las lluvias y las heladas,
fenómenos naturales inevitables, pusieron a prueba la administración del
estado, pero en ambos casos salió avante. En el primero convirtió un problema
recurrente en la oportunidad de contar con un programa de rehabilitación sin
precedentes tanto por su amplitud como por su calidad, y en el segundo, la
federación entró oportunamente al quite. Con todo y heladas la producción del
campo creció 10 por ciento.
Cierto que faltan muchas cosas por hacer
porque la propia dinámica de crecimiento poblacional así lo marca aquí y en
China, mientras más habitantes hay obvio es que se requieren más hospitales,
más escuelas, más pavimentos, más casas, es una condición inevitable de una
sociedad en crecimiento permanente, pero los datos duros de lo hecho en un año
ahí están, en los anexos entregados al Congreso y el resumen dado a conocer a
la población en el teatro de la ciudad.
Aun en materia de seguridad y justicia
se pueden señalar algunos asuntos heredados individuales pendientes y una
preocupante incidencia de robos, pero Baja California Sur se mantiene como uno
de los tres estados más seguros de México y el menos violento del país con 35
homicidios dolosos en 2012 en un universo de más de 20 mil a nivel nacional.
Podemos ver el vaso medio lleno o medio
vacío, decir que hay un 90 por ciento de cobertura en salud o que falta un 10
por ciento por cubrir; que somos uno de los tres estados más seguros del país y
el menos violento o que hay algunos crímenes o desapariciones por resolver; que
se crearon nuevos empleos o que no están remunerados como se quisiera; por eso
no se puede dejar a satisfecho a nadie, es una cuestión de percepción, pero
desde la mía hay más aciertos que desaciertos, pues Baja California Sur hoy por
hoy es uno de los estados donde mejor se puede vivir.
Usted o yo podemos decir si Marcos
Covarrubias a dos años de su gobierno ha cumplido con las expectativas según
como nos haya ido en la feria, son apreciaciones personales, pero en lo
colectivo se debe reconocer que hay avances y no sólo en el aspecto físico,
sino en la forma de gobernar, al menos en comparación con el gobierno anterior,
con más sensibilidad para atender las demandas de la gente y un manejo más
honesto y transparente de los recursos, pues hasta ahora no hay señalamientos
de corrupción.
Hoy los cuestionamientos en torno al
informe no fueron por el contenido ni por los resultados, sino por el formato,
por el recinto y el operativo de seguridad. Eso ya habla por sí solo del actual
trabajo de gobierno.
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