Por:
Salvador Castro Iglesias
Hoy por la noche se festejará una
vez mas el famoso día de Haloween o día de las brujas instaurado por la
mercadotecnia Norteamericana, aunque de raíces muy antiguas que según dicen los
que sabes de estas cosas, tiene sus orígenes en el
antiguo festival celta conocido como Samhain.
Sin
entrar en detalles porque no soy historiador, solo uso como referencia lo
anterior porque es obvio que nuestras tradiciones cada día se han ido perdiendo
en aras de la diversión, las maldades y la mercadotecnia como lo es esta
celebración.
Sé
que hay quienes dirán que el Haloween es mas divertido, que andar arrojando
huevos a los autos y casas les produce mas placer que andar recordando a los
muertos reales, así como disfrazarse de brujas, duendes, zombies, dráculas y
demás monstruos Hollywodenses que de ninguna manera son parte de nuestra
cultura, pero allá ellos.
A
mi eso de andar llevando chamacos a las casas de los vecinos a pedir dulces so
pena de hacerles alguna travesura si no cumplen con la exigencia me parece algo
muy poco civilizado amén de que de por sí ya es bastante penoso andar aguante y
aguante a algunos vecinos que cada fin de semana sacan sus bocinas a sus
respectivos patios y le meten a la música ranchera, de banda y demás sin
importarles el sueño de los demás; como para además tener que ir a pedirles
dulces.
No
entiendo todavía eso de andarle rindiendo culto a los vampiros, brujas y demás
seres sobrenaturales cuando tenemos abuelos, padres, hijos, difuntos que desde
mi personal perspectiva deberían ser los merecedores de tales celebraciones,
pero en fín cada quien sabrá.
Por
otra parte considero al día de todos los difuntos (chiquitos o grandotes) una
ceremonia que no solo refleja el sentir de los Mexicas de antes o de hoy, llena
de colorido, respeto a la muerte y porqué no a la vida, que forma parte del ser
humano, amén de que nos permite hacer un alto en nuestras vidas y pensar que
así como nacemos, todos nos tendremos que ir al Micltlán, Cielo, Infierno o
como se llame ese lejano para muchos o corto para otros lugar al que iremos
tarde que temprano.
Porque
si comparo el Haloween al día de Muertos, mejor escojo el segundo pués eso de
andarme yendo a vivir la vida eterna entre brujas, Duendes, Vampiros y seres
demoníacos como que no es onda ¿no?. Todabía creo que al morir espero de perdis
volver a encontrarme con mis ancestros y compartir con ellos las experiencias
aprendidas durante mi paso por este valle de lágrimas y risas que tanto me ha
enseñado.
Ahora
que está de moda eso de los Valores, creo que bien podemos comenzar con
enseñarles a nuestros hijos algo de la bella historia y los orígenes del Día de
Muertos, llevarlos a ver las ofrendas que se presentan por toda la Ciudad,
llevarlos a los panteones para que se saluden a sus antepasados sin temor, con
la conciencia de que polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Amo
la vida pero soy consciente de que un día estos estiraré la pata llamado por un
Poder Superior y aunque no estoy seguro que San Pedro estará en la puerta de
entrada al paraíso, si espero que al menos tomen en cuenta mis buenas acciones
y que estas no sean mas que las malas, para que la nube que me toque no quede
muy cerca del infierno.
Así
que en lugar de andar pidiendo dulces y hacerles maldades a los pobres
Mexicanos que ya bastantes monstruos vivos tenemos con nuestros espeluznantes
Políticos y Gobernantes, mejor quememos algo de incienso para purificar
nuestras almas y pedir a nuestros respectivos Dioses que nos ayuden a llegar
con bien a nuestro destino final cuando nos toque.
Podemos
aprovechar para pedirles a los monstruos del tal Jalogüin que sirvan de algo
mas que andar asustando a la gente y que se lleven a todos constructores de
calles mal construidas y generadoras de baches, casas de interés social,
políticos pillos, fabricantes de puentes defectuosos, asesinos, narcos, pillos,
ladrones y demás seres despreciables.
Por
lo pronto creo que iré a compartir con los muertos una tacita de chocolate
caliente con un buen pedazo de pan de muertos, oliendo el copal, la flor de cempasúchil,
recordando al Nico Carrillo, mis abuelos, mi padre y tantos amigos que se
fueron por adelantado a checar como está el mas allá, porque lo que es el mas
acá está en verdad para llorar.
Nos
leemos mas adelante …